Parece que los contratiempos vuelven a desmontar mi agenda y a contradecir mis deseos. KB está ocupada y parece ser que tardaremos en volver a vernos, lo que me resulta casi doloroso por lo deliciosa que es la dama. Mais c’est la vie.
Siguiente contratiempo, que al final ha resultado ser algo positivo… Lady J. se ha lesionado esta misma mañana, justo cuando la han invitado a una fiesta. Su sentido de la oportunidad no deja de sorprenderme. Que mala suerte, pobrecita.
Así que me ha tocado ir a la cita que ella tenía con una “representante” del organizador del evento, una dama algo extravagante y con una fascinante capacidad para no explicarse demasiado. Como ella esperaba que fuera Lady J. la que acudiera, era un poco reacia a explicarme demasiado. Al final, cuando le he recordado que si estaba frente a ella era porque me ha enviado milady y, por ende, gozo de su confianza, ha procedido a darme una pequeña explicación de todo. Sin embargo, desconozco cómo diantres la dama ha conocido a esa fauna tan particular.
Yo me he limitado a transmitir su mensaje a milady. Realmente, toda esta situación me parece tan artificial, tan absurda y, desde luego, tan tonta, que no entiendo qué hago consignando esta idiotez en estas páginas. Quien sabe… si lo hago será por algún motivo.
À bientôt,
J.